Nuestra posición sobre la APC
-Organización Política Izquierda Socialista-
Ante la crisis permanente de representatividad política, la falta de respuesta de las instituciones burguesas a la resolución de los problemas inmediatos de la población, la pugna entre sectores de la derecha para la administración de los recursos del Estado y un gobierno que no ha podido hacer los grandes cambios por los cuales fue elegido, se hace fundamental plantear la necesidad de reconstruir democráticamente nuestro sistema político apelando a la voluntad popular mediante una Asamblea Popular Constituyente.
Actualmente existen tres posiciones vigentes sobre la APC: la primera es la posición de la derecha conservadora y liberal que rechaza rotundamente el cambio de constitución así sea la modificación parcial de la misma. Defienden con uñas y dientes la constitución fujimorista del 93 que ha permitido consolidar y dar respaldo jurídico a los atropellos que ha sufrido nuestro pueblo. La segunda posición es de la izquierda reformista que se encuentra apostando por una Asamblea Constituyente a secas, que si bien es cierto permitirá plantear algunas reglas de juego en el marco jurídico, esta es insuficiente pues será elaborada desde arriba, a través de la mayoría de los partidos corruptos que existen en la actualidad. Mientras, la tercera posición sostenida y defendida por las organizaciones populares, sindicatos y estudiantes es la Asamblea Popular Constituyente cuyos realizadores sea la población en general los que definan el marco político y jurídico de nuestro país, adquiriendo, de esta manera, un rol protagónico como garantía de ruptura con el régimen neoliberal y capitalista.

Cabe mencionar que también hay quienes consideran que la construcción de una APC es un cambio meramente reformista y que no contribuye a generar cambios estructurales mucho menos que apunte a una revolución socialista; por lo que corresponde mencionar que dichas afirmaciones son erradas porque no están viendo a la APC como un proceso de politización y avance de correlación de fuerzas para el pueblo. El mayor grado de conciencia política y empoderamiento del pueblo crea el terreno para dar el siguiente paso la difusión de la educación socialista. Los militantes estamos convencidos que la apuesta por la APC no significa que necesariamente nos encontremos haciendo la revolución socialista, sino que abre un camino para las trasformaciones democráticas en el terreno político, económico y social a través del cuestionamiento cotidiano y estructural de los problemas que nos aqueja como sociedad, dando paso a la indignación y a la acción política práctica por la lucha de mejores condiciones de vida.
La APC se convierte en la táctica del movimiento popular actual pues permite conducir políticamente a la población a la reflexión y cuestionamiento sobre los problemas estructurales profundizados por el neoliberalismo, así como a la acción política concreta para terminar de desterrar a este modelo económico vigente y empezar a formular y a construir un nuevo proyecto de sociedad. Es la tarea histórica que debemos realizar.
¿Cómo convocamos la APC?
El nuevo problema consiste en saber cuáles son los procedimientos prácticos por emplearse para la convocatoria de una Asamblea Popular Constituyente. Si la población ya no confía en la institucionalidad y la masa ha adquirido conciencia de la necesidad de cambiar la situación política, social y económica actual, se debe pensar en construir una APC, aunque la pregunta que se desprende es cómo la convocamos. Para ello, es importante que se contemplen dos escenarios para lograr que se materialice la APC: la primera es que se realice por la vía legal mediante la convocatoria de un referéndum constitucional aprobado por el Congreso donde se consulte a la población si desea impulsar la APC. Un segundo escenario está relacionado con el quiebre institucional mediante una insurrección popular que genere un gobierno transitorio del pueblo y que en base a este se convoque a una APC. Ambos escenarios son válidos pero su realización dependerá mucho del desarrollo de las condiciones objetivas y subjetivas, así como del momento histórico. Lo que si queda claro es que la convocatoria de la APC debe partir del mismo pueblo, de la presión que debe generar desde abajo para poder efectuar este proceso político.
El primer escenario que implica la convocatoria de un referéndum constitucional ha sido el modelo constituyente de varios países de América Latina como Venezuela, Bolivia, Ecuador y Chile. Las condiciones objetivas para impulsar un referéndum parte del sector de la clase social que se encuentra en el gobierno, en el caso de Venezuela, Bolivia, Ecuador, fueron realizados por los presidentes electos: Chávez, Evo y Correa respectivamente cuya política ideológica respondía a los intereses de las grandes mayorías que pedían un cambio constitucional. En el caso de Chile, fue mediante la presión ejercida por los movimientos sociales y populares masivos obligando al gobierno neoliberal de Piñera a aceptar la exigencia popular.
En el segundo escenario la convocatoria de la APC pasa por un proceso insurreccional cuyo resultado arroja tener un gobierno transitorio del pueblo que desarrolle la APC pero que también concretice una plataforma mínima de lucha unitaria propuesto por las organizaciones populares. Dicho gobierno transitorio del pueblo debe realizar todas las reivindicaciones políticas y económicas inmediatas que contenga esta plataforma. Este gobierno transitorio del pueblo debe estar conformado por la sociedad civil (gremios, colegios profesionales, movimientos sociales, etc.); por lo tanto, contará con un grado mayor de fuerzas para impulsar la APC, el origen y carácter fundamental del gobierno transitorio del pueblo debe ser el órgano de la insurrección popular.
¿Cómo construimos la APC?
Para que se materialice la APC es fundamental el trabajo de territorialización. Es necesario articular esfuerzos y organizarnos desde cada barrio, mercado, centro de estudios, centro de trabajo. Se deben crear comités que impulsen las APC, no solo donde se discuta el nuevo marco jurídico que queremos sino también para que se defina la forma de cómo lo lograremos. Estos comités deben encontrarse en cada barrio, en cada distrito, provincia y región; deben desarrollar propuestas y elegir a sus representantes ante la eventual Asamblea Constituyente Nacional.
Este trabajo lo venimos impulsando a través del Comité impulsor de la Asamblea Popular Constituyente – Carabayllo, en donde nos hemos sumado a la iniciativa de recolección de firmas por una Asamblea Constituyente Popular y Plurinacional. En el cual hacemos un llamado amplio de unidad a todas las organizaciones políticas y sociales, a todo el pueblo honesto y digno a sumarse a esta campaña y a replicarla en el resto de Lima y el país. Planteamos la unidad en la práctica, en la acción.
La APC debe ser originaria, soberana y excepcional. Originaria porque su elaboración no parte del marco actual; soberana porque posee un componente popular, no puede estar manejada por las instituciones ya constituidas y es excepcional porque surge de una situación convulsa y actualmente ya nos encontramos en esa situación.
Debemos tener claro nuestras tareas inmediatas: agitar la consigna de una APC, deslindar con la propuesta de una Asamblea Constituyente a secas y propagar la idea de la necesidad de construir una nueva sociedad.





