Nos venden el cuento de que la Inteligencia Artificial (IA), pronto, reemplazará o superará a la inteligencia humana, como si se tratara de sistemas autónomos, autosuficientes, que no requieren de los humanos y que, más bien, van a terminar “superando” o “reemplazando” a la inteligencia humana.
Lo que no nos dicen es que la IA ha sido creada a imagen y semejanza del humano actual, con sus defectos, prejuicios y ambiciones, potenciadas con la tecnología.
Tampoco nos dicen que, detrás de la IA, esta la inteligencia humana, esta vez no como “empresarios” o “magnates”, sino como proletariado informático, los “trabajadores de datos”, que desde diversas partes del mundo y sin derecho a la sindicalización o un salario digno, individualizados en masa, alimentan los sistemas con información, “educan” literalmente a la máquina, para potenciar la inteligencia humana, como fenómeno colectivo, que se vende como “inteligencia artificial”.
Detrás de la IA hay un sistema de explotación mundial que no opera con el trabajo físico del ser humano, sino que explota la inteligencia y memoria de la especie de manera intensiva, como es el caso de los “trabajadores de datos”.
Estos trabajadores, que alimentan los sistemas con información detallada, operan de manera individualizada, bajo condiciones de explotación, son sustituibles de manera frecuente y no están sindicalizados ni tienen identidad de clase.
A estos “trabajadores de datos” no les explota la “inteligencia artificial”, deseosa de “alimentarse” con información.
Eso es parte del Mito.
Detrás, en realidad, están los magnates de la economía, que no llegan al 1% de la población de los “países ricos”, que son los que se benefician y lucran con esta explotación sistemática de la especie humana.
Después, como Elon Musk, salen a decir que al ritmo que vamos en unos años más la IA superará y reemplazará a la inteligencia humana; lo que, entre líneas, quiere decir que somos prescindibles, no sólo como individuos, sino también como especie, y que, si no les hacemos caso, ellos pueden extinguirnos.
Lo que no dicen es que su industria opera con un sistema mundial de explotación de la “inteligencia humana”, que ellos venden como “inteligencia artificial” o IA, lo que tiene más de mito que de realidad.
Su objeto de explotación, sin embargo, no se reduce a los “trabajadores de datos” o proletariado informático.
Su objeto de explotación es la especie humana, individualizada, como “homo consumens”, que en uno y otro rol les da de ganar ingentes sumas de dinero.
¿La “inteligencia artificial” reemplazará a la “inteligencia humana”? En otro sistema y bajo otras condiciones tendría sentido plantearse esta pregunta.
Lo cierto, sin embargo, es que lo que le da de ganar a los magnates de la economía no es la “inteligencia artificial”, sino la inteligencia humana, cuando está presente, en el caso de los “trabajadores de datos”, o cuando opera de manera alienada, en el caso de los consumidores.
Las maquinas informáticas, en el mejor de los casos son medios de explotación de la inteligencia humana; no objetos de explotación. La máquina, en cualquier caso, no produce plusvalor que beneficie al empresario e incremente su tasa de ganancia y acumulación de capital.
Lo que produce plusvalor es el trabajo físico o intelectual de la especie humana.
Quitas el factor humano de la ecuación y la tasa de ganancia o plusvalor se reduce a cero y, con el desgaste de la máquina, que es proporcional a su uso, lo que tienes son perdidas en el mediano y largo plazo, peor aún si no tienes compradores de tus productos, que son los propios trabajadores, que viven de su salario.
Decir que la “inteligencia artificial” reemplazará a la “inteligencia humana”, para con eso pretender chantajear a la especie con un desempleo masivo o humanos prescindibles, es imposible dentro de los parámetros del sistema capitalista, porque equivale a reducir la tasa de ganancia a cero u obtener valores negativos en el largo plazo.
Así no funciona el capitalismo. Por eso, Elon Musk sale a decir que se debería trabajar 120 hora semanales, por el mismo salario, incluyendo los fines de semana.
Por eso, con el discurso de la “competencia”, que incluye el “ser competitivo”, los trabajadores de los distintos sectores trabajan más de ocho horas diarias por el mismo salario; lo que los hace “más competitivos”, por supuesto, produciendo mayores ganancias para los superricos del planeta, y todo por el mismo salario.
La “inteligencia artificial”, probablemente, supere o complemente mejor a la “inteligencia humana” en un futuro próximo; pero no dentro de los parámetros de la sociedad actual, en que se usa para la explotación sistemática de la especie humana, sin pretender extinguirla o hacerla de lado.
El problema no es la “inteligencia artificial”, sino la explotación de la “inteligencia humana”, potenciada por la tecnología, que es visible en los casos de los “trabajadores de datos” y del homo consumens, en general (AOMG).
Este video ilustra bien el “costo humano” de la “inteligencia artificial”, en el caso de los “trabajadores de datos”.
Video: https://www.youtube.com/watch?v=hw7kVyxaPD0
Por: Soc. Arturo Manrique
El lado oscuro de la inteligencia artificial
LOS “TRABAJADORES DE DATOS” O EL PROLETARIADO INFORMÁTICO DEL SIGLO XXI
Nos venden el cuento de que la Inteligencia Artificial (IA), pronto, reemplazará o superará a la inteligencia humana, como si se tratara de sistemas autónomos, autosuficientes, que no requieren de los humanos y que, más bien, van a terminar “superando” o “reemplazando” a la inteligencia humana.
Lo que no nos dicen es que la IA ha sido creada a imagen y semejanza del humano actual, con sus defectos, prejuicios y ambiciones, potenciadas con la tecnología.
Tampoco nos dicen que, detrás de la IA, esta la inteligencia humana, esta vez no como “empresarios” o “magnates”, sino como proletariado informático, los “trabajadores de datos”, que desde diversas partes del mundo y sin derecho a la sindicalización o un salario digno, individualizados en masa, alimentan los sistemas con información, “educan” literalmente a la máquina, para potenciar la inteligencia humana, como fenómeno colectivo, que se vende como “inteligencia artificial”.
Detrás de la IA hay un sistema de explotación mundial que no opera con el trabajo físico del ser humano, sino que explota la inteligencia y memoria de la especie de manera intensiva, como es el caso de los “trabajadores de datos”.
Estos trabajadores, que alimentan los sistemas con información detallada, operan de manera individualizada, bajo condiciones de explotación, son sustituibles de manera frecuente y no están sindicalizados ni tienen identidad de clase.
A estos “trabajadores de datos” no les explota la “inteligencia artificial”, deseosa de “alimentarse” con información.
Eso es parte del Mito.
Detrás, en realidad, están los magnates de la economía, que no llegan al 1% de la población de los “países ricos”, que son los que se benefician y lucran con esta explotación sistemática de la especie humana.
Después, como Elon Musk, salen a decir que al ritmo que vamos en unos años más la IA superará y reemplazará a la inteligencia humana; lo que, entre líneas, quiere decir que somos prescindibles, no sólo como individuos, sino también como especie, y que, si no les hacemos caso, ellos pueden extinguirnos.
Lo que no dicen es que su industria opera con un sistema mundial de explotación de la “inteligencia humana”, que ellos venden como “inteligencia artificial” o IA, lo que tiene más de mito que de realidad.
Su objeto de explotación, sin embargo, no se reduce a los “trabajadores de datos” o proletariado informático.
Su objeto de explotación es la especie humana, individualizada, como “homo consumens”, que en uno y otro rol les da de ganar ingentes sumas de dinero.
¿La “inteligencia artificial” reemplazará a la “inteligencia humana”? En otro sistema y bajo otras condiciones tendría sentido plantearse esta pregunta.
Lo cierto, sin embargo, es que lo que le da de ganar a los magnates de la economía no es la “inteligencia artificial”, sino la inteligencia humana, cuando está presente, en el caso de los “trabajadores de datos”, o cuando opera de manera alienada, en el caso de los consumidores.
Las maquinas informáticas, en el mejor de los casos son medios de explotación de la inteligencia humana; no objetos de explotación. La máquina, en cualquier caso, no produce plusvalor que beneficie al empresario e incremente su tasa de ganancia y acumulación de capital.
Lo que produce plusvalor es el trabajo físico o intelectual de la especie humana.
Quitas el factor humano de la ecuación y la tasa de ganancia o plusvalor se reduce a cero y, con el desgaste de la máquina, que es proporcional a su uso, lo que tienes son perdidas en el mediano y largo plazo, peor aún si no tienes compradores de tus productos, que son los propios trabajadores, que viven de su salario.
Decir que la “inteligencia artificial” reemplazará a la “inteligencia humana”, para con eso pretender chantajear a la especie con un desempleo masivo o humanos prescindibles, es imposible dentro de los parámetros del sistema capitalista, porque equivale a reducir la tasa de ganancia a cero u obtener valores negativos en el largo plazo.
Así no funciona el capitalismo. Por eso, Elon Musk sale a decir que se debería trabajar 120 hora semanales, por el mismo salario, incluyendo los fines de semana.
Por eso, con el discurso de la “competencia”, que incluye el “ser competitivo”, los trabajadores de los distintos sectores trabajan más de ocho horas diarias por el mismo salario; lo que los hace “más competitivos”, por supuesto, produciendo mayores ganancias para los superricos del planeta, y todo por el mismo salario.
La “inteligencia artificial”, probablemente, supere o complemente mejor a la “inteligencia humana” en un futuro próximo; pero no dentro de los parámetros de la sociedad actual, en que se usa para la explotación sistemática de la especie humana, sin pretender extinguirla o hacerla de lado.
El problema no es la “inteligencia artificial”, sino la explotación de la “inteligencia humana”, potenciada por la tecnología, que es visible en los casos de los “trabajadores de datos” y del homo consumens, en general (AOMG).
Este video ilustra bien el “costo humano” de la “inteligencia artificial”, en el caso de los “trabajadores de datos”.
Video: https://www.youtube.com/watch?v=hw7kVyxaPD0





