Denunciar a los principales responsables de contaminar la conciencia y desviar el camino propio en las filas de los trabajadores. Esa izquierda domesticada que ahora echa todo el lodo a Isabel Cortés, negando el fruto de su obra diaria en las centrales burocráticas de la CGTP, y en el movimiento estudiantil con la junta directiva de la FEP y en el movimiento popular con sus cascarones la ANP. Como también a las cabezas de partidos y grupos colaboracionistas como «Nuevo Perú», «Juntos Por El Perú», «Patria Roja», «Pc Unidad», «Perú Libre» y demás.
En la ciencia de la historia es sabido que el estado liberal es controlado por los explotadores y saqueadores, por el enemigo organizado y dirigido por sus intereses sociales y, ese Estado controlado para servir a sus dueños, no va a cambiar por la sola voluntad de la gente, ni con las apariencias populistas (vestir el traje obrero, el sombrero campesino, discursos críticos, etc.).
Los saqueadores y los explotadores serán expulsados de su dominio por los trabajadores organizados y dirigidos por sus propios intereses, asumiendo una posición social organizada, por el logro de conquistas de poco y largo aliento, dejando atrás el conformarse con las concesiones coyunturales como el adelanto de elecciones, la asamblea constituyente y demás negociaciones en donde no ganaremos nada como nación peruana.
Los trabajadores —sin organización social propia— son arrastrados y asesorados por partidos y grupos de izquierda domesticada, no tienen más rumbo que entrar al pantano del estado liberal para atender sus aspiraciones personales y convivir con las formas de funcionamiento estatal (traiciones, trabas, farsas, etc.). Para finalmente ser devorados y degenerados de su clase, convertido en la cola de los explotadores.
Los trabajadores están llamados a abrazar y dirigir una organización de sí y para sí mismos, no para los extraños a sus intereses sociales, dado que la unión del pueblo no es la unión de todos los partidos y grupos colaboradores, es mucho más que eso; es ser dueños de su propio camino, a la cola de nadie, hacia el cambio profundo de la sociedad peruana mediante la recuperación y dominio real (no solamente legal) de todo lo usurpado como son nuestras riquezas naturales, arterias vitales de nuestra sociedad, por nuestros derechos y nuestras libertades fundamentales.
Las ideas del feminismo como corriente ideológica transnacional y de origen burgués, en su versión parlamentaria, tampoco pueden confundirnos al considerar el problema de la mujer trabajadora como un «problema transversal», abrazando y de la mano con las criminales explotadoras orientadas por la ideología de género ¡Nada más hábil para dividirnos! La solución y el problema es de clase, no de género.
Escribe Estudiantes al servicio del pueblo -UNMSM





