Pero hay otro que se escapó suicidándose: Alan García.
La democracia burguesa peruana acaba de sentenciar a un primer coimeado por la mafia brasileña Odebrecht, que deposito coimas por US $ 37 millones para Toledo en la cuenta de J. Maiman, el israelí amigo de Toledo.
Pero Odebrecht no solo coimeo a Toledo. Hay cientos y están allí de todos los Partidos políticos y que coimea hasta la fecha incluso.
En el caso de dichos 2 sentenciados por corrupción, como de otros acusados también de corruptos (PPK, Susana Villarán, Ollanta Humala, etc.), el país ve con estupor que para evadir la cárcel común que les corresponde, se refugian en enfermedades como el cáncer y dolencias cardíacas.
Y que el poder judicial y penitenciario les facilita una galería carcelaria: o les confinan en arresto domiciliario o en cárcel dorada como la prisión en Barbadillo.
Esto resulta una afrenta al país si tomamos en cuenta que el sentenciado Fujimori como antes lo hizo Crousillat, han tenido la capacidad de festival informes médicos.

El país no debe conceder privilegios carcelarios a nadie.
Y el Poder Judicial no debe facilitarlos pues a quienes están en corrupción por robarse dinero público no debe permitírselo privilegios.





