Las Bases de Estudiantes hacen BALANCE GENERAL de la toma UNMSM

Actualmente nos encontramos en un momento histórico que comprueba la tesis de la situación revolucionaria, que algunas organizaciones estudiantiles y partidos políticos intentaron negar.

El pueblo se encuentra luchando en las calles, entregando su vida por las causas justas en favor de las amplias masas. Por ello, ante tanto derramamiento de sangre de sus hijos en las diversas provincias, decidieron llevar la lucha a las calles de Lima. Actualmente, en la capital están presentes miles de ciudadanos de las diversas provincias del Perú enfrentándose, sin armas de fuego, contra la PNP.

Para algunas organizaciones estudiantiles y partidos políticos, la presente lucha del pueblo es para obtener una nueva constitución de carácter popular, la renuncia de Dina Boluarte, el cierre del Congreso de la República, la propiedad de los recursos naturales, o, cada vez en menor grado, por la liberación y restitución de Pedro Castillo. Todo esto es cierto; sin embargo, lo esencial es que esta lucha va por el camino de la soberanía nacional, por la senda de la culminación del desarrollo de la nación peruana; por ello, no es raro escuchar entre los protestantes, principalmente de las provincias, su malestar en torno a la explotación, el saqueo, la contaminación de las empresas extranjeras y la presencia cada vez más evidente del poderío económico, político y militar de EE. UU, China y Rusia. Por ello, la importancia de luchar por nuestros recursos naturales es importante para dirigir al pueblo por el camino correcto. Quien diga que esta lucha se limita a meras reformas vulgares es porque no ha caracterizado de forma correcta la sociedad peruana y el momento histórico.

Tomando en cuenta lo anterior y la medida de lucha asumida por las bases estudiantiles de San Marcos (la toma, en un principio, de la puerta 3 de San Marcos y, posteriormente, de toda la universidad), presentamos el siguiente balance para poder avanzar como movimiento estudiantil y superar todos los lastres:

La medida de lucha asumida por los estudiantes, más allá de los errores y los aciertos, provocó que los estudiantes, incluso los que no participan políticamente, avancen en la comprensión ideológica de la situación nacional. Esto se evidencia en el apoyo masivo que recibieron los estudiantes sanmarquinos y los compañeros de provincia que fueron injustamente detenidos por la PNP en el campus universitario.

Pero la pregunta es ¿fue necesario tantos detenidos para recibir tal apoyo? No lo fue. Por otro lado, a pesar de la elevada lucha popular en las calles, el movimiento estudiantil y, especialmente, las organizaciones políticas estudiantiles, aún no pueden barrer con los lastres del subjetivismo, individualismo, burocratismo y caudillismo, especialmente, en las organizaciones políticas e independientes que están en la dirección del gremio mayor de los estudiantes, la FUSM, ¿por qué? Porque ellos son, en teoría, los responsables de dar dirección correcta al movimiento estudiantil.

El subjetivismo se evidencia en el análisis errado por parte de la JDT-FUSM de la situación nacional y del carácter de los compañeros de provincia que estaban alojados en San Marcos, en las permanentes discusiones que se centraban en problemas secundarios por parte de los dirigentes de los diversos gremios, en los señalamientos entre dirigentes o dirigentes contra estudiantes bases, en la forma cómo se asumían las responsabilidades (con mala gana y reproches), en el renegar de los acuerdos cuando no quedaba la posición que defendemos (este fue una práctica permanente de la JDT-FUSM), en impedir la difusión de flyers hechas por las bases estudiantiles porque simplemente no compartían ideológicamente el contenido, entre otras cosas. El individualismo se evidenció en la ausencia de la presidenta de la FUSM en la medida de lucha para priorizar su seguridad individual, en priorizar la seguridad y la alimentación de ciertos estudiantes que son cercanos o miembros de una organización determinada, la desaparición de los dirigentes estudiantiles bases durante la noche, etc.

El burocratismo se evidenció cuando la JDT de la FUSM priorizó, en reiteradas ocasiones, la coordinación de juntas antes que la Asamblea General de Estudiantes (AGE) o, por la particularidad del momento, una Asamblea Unificada (AU) para resolver los diversos problemas presentados durante la lucha; también se evidenció cuando impidieron la difusión de flyers hechos por las bases estudiantiles por que no era acuerdo “tácito” de una coordinación de juntas, al no mantener correctamente informadas a las bases estudiantiles de los acuerdos y sucesos (gran parte de la información quedaba entre los dirigentes), al intentaron imponer al movimiento estudiantil y a los compañeros de provincia un acuerdo que solo se acordó en una coordinación de juntas, a espalda de la gran mayoría, entre otras cosas. El caudillismo se evidenció cuando la JDT de la FUSM centralizó todas las responsabilidades (organización, alimentación, prensa, seguridad, etc.) y no llamó, desde un inicio, a las comisiones respectivas; como consecuencia, las tareas y necesidades rebasaron la fuerza orgánica de la junta transitoria.

En lo ideológico el balance es negativo. ¿Por qué? Porque internamente como movimiento estudiantil hemos demostrado arrastrar aún una cola enorme de desviaciones ideológicas que no han permitieron el correcto trabajo gremial en un momento de álgida lucha popular. Debemos tener en claro que en trabajo gremial se interrelacionan diversas posturas y líneas ideológicas-políticas con los cuales muchas veces no vamos a coincidir, pero eso es parte del trabajo de frente. Si bien es cierto que la masa estudiantil se unificó más con las luchas del pueblo como consecuencia de la toma e intervención descarada de la PNP a San Marcos, esto requirió costos políticos que se pudieron haber reducido, teniendo en claro que siempre, en una acción de lucha como la toma de la Universidad, habrá costos políticos, pero que se pueden aminorar con un buen trabajo gremial.

La toma de la universidad por parte movimiento estudiantil sanmarquino y los compañeros de provincia significó un duro golpe político al actual estado peruano, al gobierno de turno de Boluarte y al gobierno universitario de San Marcos con Jerí Ramos. Hemos defendido, en la práctica, la tesis de que la universidad sirve al pueblo y, como tal, tiene el derecho a usar sus espacios para defender los intereses de las grandes mayorías. Esto lleva internamente la defensa de la universidad Pública, Nacional, Científica y Democrática, con las cuales se identifica y orienta el movimiento estudiantil desde años atrás. Asimismo, con las acciones de lucha hemos logrado que un mayor número de estudiantes bases se politicen e identifiquen con las luchas del pueblo. Esto se evidencia en la presencia de compañeros bases en el sostenimiento de algunas puertas de la universidad, durante el traslado de víveres y el apoyo masivo a los detenidos en las diversas sedes policiales. Resaltar que, a comparación de otras tomas, en esta última hubo una menor presencia de estudiantes bases. Otro punto que debemos tomar en consideración es que la toma de la universidad no influyó significativamente en la vinculación de los estudiantes bases sanmarquino con sus propias demandas estudiantiles.

Por otro lado, la toma de la universidad demostró que tanto la actual JDT de la FUSM como las juntas de los gremios bases carecen de claridad política acorde a la situación nacional; como consecuencia, hubo una débil dirección política durante el desarrollo de la medida de lucha iniciada el 17 de enero. Esto se evidencia en que, hasta la culminación de la medida por la intervención policial, no hubo unidad de comprensión en los objetivos políticos de la toma de la universidad, como consecuencia, la práctica de cada gremio y organización estudiantil no tenían una ilación más sólida. En lo político, el balance es positivo.

La carencia de un análisis objetivo, colectivo y unificado de la situación nacional y del carácter de la masa que se encontraba alojada en los diversos espacios de la universidad fue notoria desde el inicio de la medida de lucha. Como consecuencia, no se logró concretar un plan de acción acorde a las necesidades del momento concreto que nos permita desde un inicio la organización de las fuerzas y la división de las responsabilidades. La débil dirección y la inmadurez política de la JDT de la FUSM y de los gremios bases de la FUSM fueron factores que influenciaron negativamente en el reconocimiento de las fuerzas con las que se contaba desde un inicio hasta el final de la toma, en la organización por comisiones de estos y en la distribución propicia de las tareas entre estas fuerzas (en un principio superábamos las quinientas personas. ¿Por qué no se aprovechó eso?). Tuvieron que pasar tres días, muchos pleitos infantiles entre la representación de la FUSM y una permanente presión de las bases estudiantiles y de los compañeros de provincia para que por fin la JDT de la FUSM y las juntas directivas de los gremios bases que formaban parte activa de la coordinación de juntas le den la importancia debida a la tarea organizativa, tarea que se hizo con mucha lentitud y con muy mala gana.

Como consecuencia, para el día de la intervención, la PNP pudo ingresar con mucha facilidad a las instalaciones de la universidad; no encontró por parte nuestra ni una pequeña barricada, ni una puerta correctamente cerrada. Esto ultimo nos lleva a ver el tema logístico. Desde un principio de la lucha se careció de materiales para fortificar las puertas e impedir el avance de los motorizados y demás elementos de la PNP: las puertas “tomadas” y las pistas internas de la universidad no tenían barricadas ni sogas, pero si se priorizó el colgar una banderola de “Nueva constitución”; es ahí donde se ve el oportunismo de las organizaciones que constituyen la JDT de la FUSM y las juntas directivas de ciertos gremios bases: para consignas partidarias si hay tiempo, dinero y organización; para defender el campus universitario, solo reniegan. Por otro lado, respecto al acuerdo de tomar toda la universidad en su totalidad, era necesario, pero no fue el momento correcto. Para tomar todas las puertas de la universidad no basta simplemente con tener voluntad, como se quiere hacer creer a las bases, sino hace falta materiales para cerrar las puertas, prensa para llamar a las bases estudiantiles y más presencia de bases estudiantiles en las puertas. No se tuvo ninguno de los tres. En este punto se cayó en aventurerismo. En lo militar el balance es negativo.

La toma universitaria fue correcta por evidenciarse, en el hecho, como una ofensiva a nivel político e ideológico de los estudiantes organizados como parte del pueblo peruano contra el gobierno central y universitario, siendo objetivamente necesaria y justa con el momento histórico, el cual evidencia una huelga política masiva en la sociedad peruana a nivel nacional.

La debilidad fue organizativa a pesar de bregar por revertirse de manera tardía, y esto fue usado en contra nuestra para dar el golpe militar de la PNP, como parte de la ofensiva represiva del estado y la colaboración de las autoridades en rectorado, representados por la rectora JERI R.R. ¿Fruto de esta debilidad hubo costos innecesarios? ¡Es evidente que sí! Y esas son las consecuencias de asumir e imponer una línea política evolucionista, burocrática y pacifista, aplicada a nivel nacional como en el movimiento universitario, por parte de «Polemos» y «Udes» en la junta directiva transitoria – FUSM sobre la energía común y la claridad política que sostienen las delegaciones regionales y bases estudiantiles.