¿Traidores en San Marcos? – Comunicado desde las bases de estudiantes

Es fácil y de claudicadores culpar al pueblo por haberse reafirmado en la lucha, y es duro y de coherentes mantenerse hasta el final de la lucha junto a los supuestos culpables. Los hijos del pueblo asumimos los costos políticos y legales con el pueblo, no alejados de ellos ni mucho menos recriminándolos.

El pueblo peruano viene asumiendo diversas luchas políticas para defender sus derechos y hacer realidad su justa búsqueda de transformación de la realidad de la sociedad peruana. Consecuente en la lucha, después de los más de 60 asesinatos de hijos del pueblo en manos de la PNP y el Ejercito del Perú, los diversos ciudadanos de las diversas regiones del país decidieron llevar la lucha a la ciudad de Lima para hacer escuchar su voz de protesta ante tanta injusticia, ante tanto derramamiento de sangre de valientes y heroicos hijos del pueblo.

Consecuentemente con la situación nacional y la voluntad de lucha del pueblo, las bases estudiantiles de San Marcos acordaron elevar las acciones para hacer de los espacios de la universidad un lugar de alojamiento de cientos de compañeros estudiantes, obreros, campesinos y pequeños comerciantes de las diversas regiones de nuestro país que viajaron a Lima para hacer escuchar su voz de protesta y conseguir el cumplimiento de sus demandas.

Sin embargo, la dirigencia del movimiento estudiantil de San Marcos, la actual junta directiva transitoria de la FUSM, constituida por dos organizaciones, Pólemos y Movadef, demostraron su verdadero carácter traicionero que venimos, como estudiantes organizados, a denunciar para que nadie olvide quienes están y asumen los costos políticos y legales con el pueblo, y quienes, a pesar de tener el verbo enrojecido, en la práctica traicionan al pueblo para no asumir los costos políticos y legales propios de la lucha. Por todo lo anterior, denunciamos los siguientes puntos:

1. Escasa claridad política de la junta directiva

transitoria de la FUSM (JDT-FUSM), como consecuencia de su línea política errada, incoherente con la situación nacional. Si la acción de lucha asumida por los estudiantes de San Marcos (tomar ciertas instalaciones de la universidad para alojar a los compañeros de provincia) se desarrolló fue por la presión y organización de las bases estudiantiles que obligó a que la JDT-FUSM se sujete a los acuerdos. Esta junta, disque democrática y combativa (como las organizaciones políticas que la constituyen le suelen poner como nombrs a sus frentes de cascarón), desde un inicio demostró no querer asumir la dirección de la lucha. Esto se evidencia en la inexistencia de un plan de acción que permita la división correcta de las responsabilidades, la organización de las bases y el análisis objetivo de los diversos escenarios, en la casi nula disposición de materiales logísticos para sostener la medida desde un inicio, en la tardía organización de comisiones (dos días después de haber iniciado la toma), en la promoción del divisionismo al intentar, sin criterio alguno más que priorizar sus intereses partidarios, impedir la participación de los egresados,  en la práctica subjetivista cuando se asumía con muy mala gana las responsabilidades propias de la lucha o se priorizaba discutir temas secundarios y todos los siguientes puntos que venimos a denunciar.

2. El subjetivismo y el individualismo como práctica

liquidacionistas dentro del movimiento estudiantil como parte de la lucha popular. Es sabido que no todos los miembros de la JDT-FUSM estuvieron presentes, asumiendo, como debe hacer un dirigente, la lucha. La pseudo presidenta de la FUSM brilló por su ausencia, prefirió su seguridad individual por encima de la necesidad colectiva. Lo curioso de esta disque presidenta de la FUSM es que para salir en televisión o aprovechar cada situación posible para elevar sus consignas partidarias y reformistas mediocre sí está presente, demostrando el oportunismo característico de la organización a la que pertenece.  Por otro lado, los miembros de dicha junta que sí estuvieron presentes en la toma mantuvieron una práctica política subjetivista que impedía la organización y la unificación completa del movimiento estudiantil sanmarquino con los compañeros de provincia. Este subjetivismo se evidencia en el análisis político nefasto que tuvieron del momento histórico: no comprendieron que la lucha era de carácter nacional, que no estaba limitado ni mucho menos estaba dirigido por el movimiento estudiantil, y fueron reacios en reconocer el carácter combativo y entregado del pueblo que se encontraba alojado en las instalaciones tomadas por los estudiantes sanmarquinos. Asimismo, este subjetivismo se evidencia cuando la JDT-FUSM (Pólemos + Movadef), priorizó señalar culpables antes que priorizar la organización de la lucha y división correcta de las responsabilidades, como también en los señalamientos personales de los miembros de la JDT-FUSM y sus cercanos contra otros miembros de otros gremios estudiantiles bases, prácticas nefastas propias de los que tergiversan, para camuflar sus desviaciones ideológicas, el marxismo.

3. Burocratismo y terror a escuchar la voz del pueblo

como práctica liquidacionista dentro del movimiento estudiantil como parte de la lucha popular. La JDT-FUSM mantuvo, incluso desde antes de tomar las acciones de lucha correspondiente con la situación nacional, una práctica burocrática nefasta que se expresó cuando prefirió priorizar, en reiteradas ocasiones, una coordinación de juntas antes que desarrollar una asamblea unificada entre el movimiento estudiantil y los compañeros de provincias que estaban alojados en los espacios tomados de San Marcos; asimismo, se expresó cuando la JDT de la FUSM intentó imponer al movimiento estudiantil y a los compañeros de provincia los acuerdos de una coordinación de juntas, negando, oportunistamente, que los acuerdos de gran importancia se toman en Asamblea General de Estudiante o, por la particularidad de la situación concreta, en la Asamblea Unificada entre estudiantes de San Marcos y compañeros(as) de las provincias. ¿Cuál era ese acuerdo a puertas cerradas y a espaldas del pueblo? Acabar con la toma para supuestamente “velar por la seguridad de los compañeros de provincia”, posición que en el fondo ocultaba que, como los cobardes y derechistas que son, no querían asumir los costos políticos y legales de la lucha. Estos claudicadores y traidores prefirieron limpiarse las manos antes que asumir con mayor firmeza las tareas como reforzar con barricadas las puertas. ¿Acaso estos materialistas de papel no recogen la experiencia de las luchas estudiantiles como las del 2019? Su materialismo, su objetividad solo queda, irónicamente, en sus cabezas. Pero ¿por qué Pólemos y Movadef, como JDT de la FUSM, son tan burocráticos? Lo hacen para instrumentalizar los espacios gremiales en beneficio particular de sus organizaciones: pretenden, mediante la coordinación de juntas, sujetar a todos los demás gremios bases a sus consignas burguesas que no tienen ni pies ni cabezas, que ni siquiera ellos mismos saben defender. Pero la masa, los hijos del pueblo que vinieron de provincia, los rebasaron, pasaron por encima de estos burocráticos y decidieron mantenerse en la lucha con o sin la JDT de la FUSM (Pólemos + Movadef).

4. Soplonaje a compañeros bases y demás dirigentes estudiantiles

Como lo hicieron en otros años de alta lucha popular, Pólemos y Movadef, para justificar el análisis errado que tenían de la situación concreta y camuflar su cobardía de clase, no dudaron en señalar por mensajes y estados de Whatsapp a los compañeros que sí estaban de acuerdo con mantener y elevar la lucha porque era justo, era lo necesario, era el camino del pueblo. Es curioso que individuos miembros de estas organizaciones, que también fueron detenidos, salieran el mismo día de la detención, mientras muchos de nosotros, estudiantes enfermos, madres con hijos, ancianos(as) con enfermedades, nos mantuvieran detenidos por caso dos días y en condiciones inhumanas.

5. Claudicar cuando el pueblo exige seguir en la lucha

Como se mencionó anteriormente, la JDT de la FUSM no tuvo voluntad para llamar a una Asamblea Unificada, prefirió priorizar las coordinaciones internas entre las juntas directivas, alejadas del pueblo. La asamblea unificada que se dio fue por la presión de compañeros bases, tanto del movimiento estudiantil de San Marcos como de los compañeros de provincia. Estos tenían claro que sin organización no iban a llegar a ningún lado; por ello, ante la negativa de la JDT de la FUSM, se llevó hacia adelante una asamblea unificada, del cual dicha junta renegó, pero al ver que sus intereses individuales estaban amenazados, decidieron asistir. En dicha asamblea unificada el mismo pueblo los señaló de infantiles y de traicioneros, porque mientras el pueblo exigía mantener la lucha, esta JDT de la FUSM les planteó la retirada “pacifica”. ¿Cómo respondieron los compañeros de provincia ante tal claudicación? De la siguiente manera:

“Nosotros no hemos venido a Lima de paseo. Hemos venido a luchar. Estamos dispuestos hasta de entregar nuestras vidas por nuestro pueblo. ¡Dejen de hablar de paz, que eso solo está en algunas cabezas!”

Ante tales palabras, el pueblo que estaba alojado en las instalaciones de San Marcos se reafirmó en la lucha y decidieron elevar el grado de la organización (del cual carecíamos por los puntos denunciados anteriormente). ¿Qué hizo la junta transitoria de la FUSM? Como no quedo su posición, decidieron renegar de los acuerdos: no quisieron asumir las responsabilidades de las comisiones creadas propias de la organización (que, por cierto, se crearon con mucha tardanza), tambalearon en movilizar a los compañeros de provincia que aún se mantenían en San Marcos (en un principio, el número de compañeros de provincia dentro de la universidad superaba las 300 personas, pero se fueron retirando al no ver claridad política en la dirigencia del movimiento estudiantil), se negaron, en más de una ocasión, a subir flyers, porque no eran acuerdos que a ellos les gustaba, en dar dirección en el cumplimiento de las tareas que estaban pendientes, en sentirse los más sacrificados y cansados, como si no fuese agotador todo el esfuerzo que los compañeros de provincia han tenido que hacer para llegar a Lima. Pero ¿por qué Pólemos y Movadef claudicaron ante la elevación de la lucha popular? Porque no quisieron asumir los costos políticos y legales propios de la lucha, priorizaron sus intereses particulares por encima de los colectivos. Hasta allí llegó el verbo enrojecido de estas dos organizaciones, hasta allí llegó la pose intelectualoide de Pólemos y el papel oportunista de Movadef, organización que solo se aparece para las elecciones o cuando hay un cargo gremial libre, pero se esconden como ratas en la alcantarilla cuando hay que asumir la lucha. En pocas palabras, tanto Pólemos como UDES claudicaron, el primero por acción que se evidencia en todas las acciones denunciadas en el presente pronunciamiento; y el segundo por omisión, brillaron por su ausencia.

Como consecuencia de estos nefastos manejos políticos y de la claudicación de Pólemos y Movadef como JDT de la FUSM, muchos estudiantes fuimos detenidos con tal violencia reaccionaria que no pudimos contener, porque no se garantizó las condiciones mínimas de lucha. Estos claudicadores fueron los que realmente entregaron en bandeja de plata a sus compañeros y al pueblo que de verbo dicen defender. Nosotros, los estudiantes detenidos, por nuestro lado, hemos cometido errores de análisis que no nos permitió avanzar más, a pesar de que ya existían indicios de claudicación por parte de la JDT de la FUSM. Sin embargo, nosotros, a diferencia de estos traidores, asumimos los costos políticos y legales con la frente en alto, al lado del pueblo, junto al pueblo, fundidos con nuestro gran y heroico pueblo. Ahora, por más acciones que hagan estas organizaciones, no se les podrá borrar de su frente su claudicación.

El pueblo se encuentra luchando. Está dispuesto a derramar su sangre para cumplir sus objetivos; saben muy bien que en Lima no están seguros, sea dentro o fuera de alguna universidad, por eso refuerzan cada día su nivel de organización. Ante el llamado del pueblo a seguir luchando, los estudiantes organizados y conscientes no podemos dar un paso al costado, por el contrario, debemos dar hasta el pecho si es necesario para ser parte de la transformación de la sociedad peruana.

Los traidores deben ser señalados y denunciados para que el pueblo tenga claridad de quienes son los aliados y quienes son los enemigos.