El abogado de Salatiel Marrufo, Eliu Arismendiz, salió anoche en el programa conducido por el periodista Chincha y dijo que, su patrocinado, ¡está dispuesto a contarlo todo! Que sabe de los S/.4 millones con que la empresaria Sada Goray aceptó haber sobornado a la Superintendencia Nacional de Bienes Estatales (SBN) para beneficiarse con sus resoluciones.
Que sabe del origen y de los destinos de ese dinero. Pero, como típico Yago (de Otelo), el abogado Eliu, no puede adelantar ni decir nada ni tiene ninguna prueba. O sea, va y deja tremenda bomba, solo refrendada por el tono de su voz. ¡Increíble!
Seguimos, entonces, con habría, sería, me dijeron, al parecer,… Continúa la novela “Vacar al Presidente Castillo”.
Es fácil crear una cadena de corrupción imaginaria, es fácil crear un cuento de corrupción, más aún si tienes el poder y los medios para hacerlo. Pueden decirnos lo que quieran, pero la única certeza que tenemos hasta hoy es la manera de proceder, en el tiempo, de los vacadores – acusadores:
Karelim López
El año pasado dijo que iba a contarlo todo, que tenía las pruebas contra Castillo. Al final no tenía nada, puro humo.

En un juego en PARED, el Congreso y los «colaboradores» (y con la gran ayuda de los grandes medios) crean unos super cuentos y novelas mal contadas. La única prueba que presentó Karelim es de que, ella, tenía Covid 19. No obstante, esa prueba, cosa de locos, era falsa:

Zamir Villaverde
Después le tocó a el empresario, él de igual manera dijo que iba CONTARLO TODO, que tenía las pruebas irrefutables contra Pedro Castillo. Y al final, nada, PURO HUMO, AIRE…

Otra vez, el CONGRESO y los COLABORADORES, jugando en pared, crean unos cuentos alucinantes. El innombrable Montoya, sale matón, quiere imponer, no le importa que Villaverde no tenga pruebas, igual el congresista le cree, por el Perú, se inmola y le cree… A ese nivel nos hace caer la gente sin moral alguna, solo tienen la ambición por el poder y el dinero. Acuérdense:

Todos los escritores sabemos que, para convencer al lector con nuestra historia, uno de los trucos está en saber dar las curvas a la línea y cómo y en qué momento usar los tópicos. Confundir al lector es parte el juego, victimizar al culpable es un clásico. Acuérdense esta parte del cuento:
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Sacar un colaborador eficaz ¡de otro colaborador eficaz! Es ya un recodo para que solo pase la imaginación, sin pruebas, solo la voz del narrador de cuentos. En ese momento, el lector es parte —por entero— del engaño. El engañado engaña también:

Mientras los corruptos, aliados con los grandes medios, nos cuenten una verdad falseada para manipularnos, nunca, así, podremos salir de la crisis y el atraso.





