La pobreza los desmiente. Es mayor en los departamentos donde hay gran minería: Cajamarca, Apurímac, etc. Y justamente, Apurímac, los desmiente más, pues actualmente se despliega un paro en el distrito donde está el primer tajo minero: Challhuahuacho (1), en la jurisdicción de la Comunidad Campesina de Fuerabamba.
Allí también es donde la clase dominante vendió la idea de que con un Plan de Desarrollo y una Ley- la ley 30589- iba a desarrollarse, pero no ha sido así, desde el 2017 en que se expidió en convergencia entre el Parlamento corrupto aprofujimontesinista y el régimen de PPK.

¿Qué clase de Plan de Desarrollo es ese que no permite demandar más recursos al tesoro público y que no establece techo presupuestal mínimo para desarrollar a la Región? (2)
Esta demagógica ley no contempla tampoco ¡cómo las Comunidades Campesinas y la sociedad civil asumen un rol en este desarrollo!
O sea, refrenda la negativa continua del Estado que se opone a dar propuestas de desarrollo con involucramiento de las Comunidades Campesinas, las que son las que sufren el impacto de la minería en sus territorios.
Además, la ley santifica la presencia minera que depreda ecosistemas e invade territorios comunales en convivencia con el Estado, violándose el Convenio 169 de la OIT.
Se debe denunciar esta ley (3) y, también, a los que vendieron ilusiones al pueblo de que Apurímac iba a desarrollarse.
No hay desarrollo. Ya fracasó la clase dominante en Apurímac.
Solo el camino campesino, como parte del camino del pueblo, puede abrir el desarrollo con protección de los ecosistemas en Apurímac y el país.
Notas
- Ver:
2. Ver:
3. Ver:





